lunes, 3 de agosto de 2015

Título de la obra, "El Vino del Desierto"; autor, Fernando Mir Casaus; editorial, Bodega DCueva.

A Fernando Mir Casaus el mundo del vino le fue atrayendo poco a poco, conforme se iba dando cuenta de qué es lo que le gustaba: aunque nacido y criado en Zaragoza, siempre le atrajo ir a Lanaja, el pueblo de sus padres, y ayudar a su tío en las labores agrícolas. Pasaron los años y en 2001, con este gusto por lo rural, decidió plantar unas viñas con su padre y su abuelo, elaborando así un vino para casa y  poder recuperar de este modo dos tradiciones, una familiar que se había perdido, como era el tener viñas, y una local, como es el hecho de que los Monegros era un territorio tremendamente vinícola antes de la llegada del regadío.





A partir de este momento, con la chispa encendida, ya nada sería igual. El trabajo en el campo, la elaboración artesanal del vino en la bodega familiar y el componente social y gastronómico que ambas cosas llevan implícito le atraían cada vez más, hasta que un día se decidió por estudiar enología después de haberse diplomado en empresariales.

Todo lo que vino después fue una sucesión de pasos a cada cual más firme y acertado: el primer paso fue visualizar el proyecto en su mente, para lanzarse a buscar después la financiación que necesita un joven emprendedor de origen humilde y que parte desde cero. Luego vendría todo lo demás: la compra de las tierras para las viñas y del terreno para la bodega, la plantación de las primeras cepas, la construcción de la bodega, la recogida de la primera cosecha, la emoción de la primera elaboración y, finalmente, el nacimiento de los primeros "Vinos del Desierto", el "Sed" 2011 y el "Duna" 2012.



Este pequeño-gran proyecto, como le gusta llamarlo a su autor, se desarrolla en Lanaja, en unas tierras que forman parte del Desierto de Los Monegros y que están al abrigo de la Sierra de Lanaja. Este lugar forma un ecosistema único en Europa y Fernando Mir quiso desde el principio que sus viñas sacaran el carácter y el máximo provecho de este medio tan hostil.
  • Las escasas precipitaciones hacen que el rendimiento de las cepas sea muy bajo, sobre 800 gr., hecho que se compensa con creces con la concentración de color y aromas en cada pequeño grano de uva, además de con unos niveles de azúcar elevados.
  • Los suelos de cascajo, pedregosos y profundos que, lejos de perjudicar, ayudan a que las largas raíces puedan encontrar humedad en los meses más secos.
  • La altitud, entre 460 y 500 m, y la Sierra de Lanaja, hacen que la temperatura sea más moderada y la maduración de la uva más lenta y progresiva.
  • Por último, el cierzo, que se convierte en un aliado al actuar como fungicida natural para las cepas.

Los "Sed" y "Duna" son unos vinos con firma, la de Fernando Mir Casaus, que se han degustado en teatros, en galerías de arte y han servido para maridar encuentros literarios, como el que tuvo lugar en Barcelona junto a María Dueñas. Este autor, najino de adopción, crea sus vinos en base a unos principios que bien podría parecer que los ha heredado de ciertos personajes ilustres que forman parte de la historia de Lanaja y de los Monegros, principios que hacen que este "Vino del Desierto" acabe convirtiéndose en un producto gourmet.


Uno de estos personajes fue Fray Manuel Balleu, reconocido pintor del s XVIII, que ejerció de monje cartujo en el cercano Monasterio de las Fuentes, monumento donde podemos encontrar una de sus mejores obras, una impresionante decoración mural formada por más de 250 composiciones.
Del mismo modo que Fray Manuel Balleu decoró profusamente su monasterio con una meticulosidad y un mimo propios de un monje cartujo, Fernando Mir no concibe su proyecto sin la búsqueda de la excelencia gracias a una dedicación extrema al trabajo, de la misma manera que un cartujo se entrega a la vida contemplativa.
  • "En la Bodega DCueva sólo entra la uva que está en perfecto estado, tanto sanitario como de madurez organoléptica y fenólica". Para ello, día sí y día no, Fernando visita las viñas para ver la evolución de la maduración. Luego, en la vendimia, solamente se recogen diez kilos en cada caja después de una selección previa de la uva en el campo, todo ello bajo su control personal. No se usan fitosanitarios ni herbicidas y en su lugar se pican las viñas, se laborea con tracción animal según la época del año y se desbroza con una máquina de hilos. Con este modo de trabajo tan manual y respetuoso se busca que en el viñedo exista una fauna y una flora que le den un equilibrio biológico a las viñas. Luego, en la bodega, se continúa mimando el producto con el embotellado por gravedad o con la desinfección de toda la estancia con ozono. El resultado final del programa iconográfico de Manuel Bayeu son unas pinturas al fresco con brillantes colores, colores que se transforman en aromas y sabores cuando se habla del "Vino del Desierto"



  •  Actualmente casi no le queda tiempo libre y el poco que se saca es para hacer algo de deporte o estar con su gente más cercana. Sin embargo estas actividades no se hacen para desconectar, sino para recargar pilas y continuar, con más ganas si cabe, el trabajo en el campo, en la bodega y con los clientes, que a fin de cuentas son los mayores hobbies de Fernando Mir.
  • Viendo todo el trabajo que hay detrás de cada una de las botellas de "Sed" y "Duna" no es de extrañar que en www.dcueva.com encontremos expresiones como, "es un gran honor que nuestros tesoros estén en la carta del prestigioso Restaurante Mugaritz". Y es que para Fernando Mir Casaus sus vinos son un tesoro, un tesoro como el "toro de oro" que, según cuenta la leyenda, se esconde en el subsuelo del Castillo de Montoro de Lanaja y que a día de hoy nadie ha encontrado. La diferencia entre los dos tesoros es que los "Sed" y "Duna" son reales, se pueden tocar y sobre todo se pueden degustar y disfrutar.




Por estas tierras pasó también Alfonso I de Aragón "el Batallador", rey que reconquistó Lanaja para el Reino de Aragón y que murió en Poleñino, no muy lejos de aquí, después de ser herido de muerte en la conquista de Fraga. Si algo se puede destacar de este Rey fue su valentía y su ambición en una lucha que para él tenía tintes de cruzada.
  • Al igual que Alfonso I asumió la responsabilidad política y religiosa que le dejaron la herencia y su fe cristiana, Fernando Mir, siendo consciente de la calidad que atesoran sus vinos, quiere ir más allá en la búsqueda de clientes. Porque este proyecto, pequeño de tamaño, pero grande en todo lo demás, se ha propuesto, sin aumentar la producción, llegar a nuevos clientes en España y en el extranjero. Con el prestigio y la garantía que suponen haber sido elegido el tercer mejor vino de España con el Diploma Nariz de Oro 2014 y de formar parte de la carta de tres restaurantes con estrella Michelín( Mugaritz, Lillas Pastia y Tatau Bistro), la aspiración para el "Vino del Desierto" es la de seguir llegando a restaurantes de gama alta sin dejar de atender a sus clientes en vinotecas y tiendas especializadas. Estos clientes no son gente anónima, sino amigos a los que se aprecia y valora, que conocen el proyecto y que lo saben transmitir al consumidor final. Con este trato tan cercano, palpable si uno se acerca a conocer la bodega, se pretende generar una fidelización y una satisfacción que para Bodega Dcueva son fundamentales.

No muy lejos de aquí se atrincheró el escritor George Orwell en la Guerra Civil Española y por estas tierras llevó a cabo sus fechorías Mariano Gavín, conocido como el "Robin Hood de Los Monegros". Ámbos se caracterizaron por ser unos personajes soñadores a los que les movía su deseo por cambiar el orden establecido. Pues bien, el romanticismo y los sueños también forman parte de la personalidad de Fernando Mir Casaus.
  • Sueños como cuando se quedaba sentado un buen rato en el banco de enfrente de la bodega, con el albañil y su padre, después de cada jornada de trabajo. Sentado en este banco veía crecer la bodega y se acordaba de lo que le decía su padre 20 años atrás sobre la bondad de estas tierras para hacer vino y del sueño que le generaron estas palabras que hoy en día se han convertido en una realidad, volver al pueblo y dedicarse a lo que le apasiona. 
  • Sueño como el deseo de que este proyecto, pequeño en tamaño, sea todavía más grande en lo que se refiere a valoración y reconocimiento.
  • Ilusión también por llevar a cabo un proyecto de ampliación de la bodega, que le permitiría mejorar la comodidad en el trabajo y dar un salto cualitativo a nivel de imagen.

Pero, al fin y al cabo, todos estos personajes son pasado y el presente lo ocupan Fernando Mir Casaus y su Bodega Dcueva que, en palabras del protagonista de esta historia: "Es una bodega chiquitita, perdida en una comarca de Aragón, que elabora un vino muy especial", "es un vino muy gastronómico, con un grado alcohólico alto que le aportan estructura, intensidad y corpulencia en la boca. Son unos vinos muy intensos para saborear largo y tendido y ,si es en buena compañía y con una buena comida, mucho mejor".

¡Salud y buen vino, por supuesto...de Los Monegros!

Por cierto, si este producto tan especial te sugiere un lugar o rincón particular con el que podría maridar a la perfección, no dudes en comentarlo, puede ser divertido ver qué sugiere a diferentes personas. Puedes leer más sobre esta idea en la sección "rincones gourmet".



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