miércoles, 25 de noviembre de 2015

Frutas "Villa Pepita" , la calidad de una fruta de altitud.

Cuando uno quiere conocer "Frutas Villa Pepita", lo primero que se aprende es que en esta empresa se madruga mucho. Sin embargo, un madrugón siempre estará justificado, si es para ir a Cofita y hablar con Javier y Álvaro sobre los secretos de esta empresa tan familiar.

Porque es en Cofita, pueblo de origen templario, donde los hermanos Pueo, con una disciplina y un sentido de la responsabilidad propios de los caballeros de la Orden del Temple, han decidido emprender la cruzada de dar a conocer un producto de calidad gourmet creando su marca propia, la etiqueta "RobalGran".




Pero el I+D con el que trabajan actualmente estos agricultores no surge de la nada, sino que estamos hablando de una familia dedicada desde siempre al cultivo de la fruta. De la tradición familiar han quedado las tierras, unos buenos valores y, sobre todo, la sabiduría a la hora de manejar el campo y sus árboles. Esta sabiduría es llevada a la práctica actualmente por una treintena de trabajadores, partícipes al 100% de la filosofía que propugna la familia Pueo: "una búsqueda incansable de la calidad, a través de un trabajo constante y meticuloso".

De estos tiempos pasados me llama la atención cómo, después de una granizada que arrasó gran parte de la cosecha de manzana y que les podría haber hecho tirar la toalla, se dieron cuenta de que su producto era de mejor calidad que otros que les sustituyeron en ese momento para hacer frente a la demanda. Fue entonces cuando decidieron mirar hacia adelante e invertir en mallas antigranizo, justo cuando la economía estaba más resentida. 


Cofita pertenece a la Comarca del Cinca Medio, y disfruta de unas peculiaridades que hacen que estos frutos alcancen la categoría de gourmet. Las horas de frío que necesita el cultivo de la manzana están perfectamente cubiertas, viéndose además favorecidos por las corrientes de aire frío que les llegan por la boquera del Vero, ese viento del norte que tanto bien le hace a la fruta. Si a esto se le añade una tierra fértil, gracias al trabajo durante miles de años del río Cinca, así como una proximidad idónea al Pirineo y el trabajo de unas manos expertas, el resultado es un producto idóneo para paladares gourmet.


Pero hoy en día, para llegar a un consumidor final exigente, ya no basta con elaborar una fruta con unas características óptimas, sino que es necesario dedicar un gran esfuerzo a dar a conocer el producto. En "Frutas Villa Pepita" decidieron apostar por ello en el año 2012, cansados de ver cómo su fruta no se valoraba como correspondía en los mercados centrales. Es así como la familia Pueo decidió que era el momento de dar un paso adelante y crear una marca y una imagen propias para poder llegar a los clientes que ellos quieren. A día de hoy, ya sea de forma directa o a través de ciertas cadenas de supermercados sensibles a sus exigencias de venta, así como desde algunos mercados centrales, como los de Madrid y Barcelona, donde se tiene acceso a clientes que apuestan por consumir y comercializar productos diferenciados, este objetivo se está consiguiendo poco a poco.
 
Este paso adelante ha consistido en crear una marca propia, RobalGran o RobalGran Gourmet, para posteriormente potenciarla con diferentes acciones publicitarias. Entre éstas, la de rodar un spot en el imponente castillo románico de Loarre, o la de patrocinar un vestido del diseñador Jordi Dalmau, presentado ya en pasarelas de todo el mundo, han sido las más destacadas. Sin embargo no hay que olvidar otras, como la colaboración altruista con diferentes eventos deportivos con fines sociales, como son las carreras contra el cáncer de mama de Monzón y Huesca, en las que se donan miles de kilos de manzana para repartirlas entre sus participantes. En "Frutas Villa Pepita" son conscientes del esfuerzo económico que suponen estas acciones, pero confían en que ésto les permitirá llegar a una clientela fiel que valore la calidad de sus productos y les ayudará, además, a permanecer al margen de esos vaivenes del mercado que tanto daño hacen a los agricultores. 


Actualmente, después de tres años con esta nueva política, no sólo están consiguiendo estos objetivos iniciales, sino que están abriendo nuevos horizontes: se están creando nuevas oficinas que les permitan ser más profesionales en el trato con los clientes; se han llevado a cabo dos proyectos de I+D que les están ayudando a aumentar la calidad de sus productos año a año; se está poniendo en marcha una producción de manzana orgánica con la plantación de los primeros frutales cultivados con esta técnica. Estos proyectos son buena muestra de alguno de los principios que guían a esta familia: la profesionalidad, el entusiasmo y la pasión, así como el respeto por la tradición y la apuesta por la evolución y la modernidad. 

Aspecto de las nuevas oficinas

Sin olvidar que estamos en Cofita, es en los sillares de su iglesia donde se encuentran unos graffitis templarios del s.XIII, considerados por los historiadores como únicos para la época. Del mismo modo, en los genes de "Frutas Villa Pepita" parece estar presente este valor del emprendimiento que caracterizó a los caballeros de la Encomienda Templaria de Monzón, y que a buen seguro les va a servir para estar a la vanguardia en un cultivo tan tradicional como es el de la manzana, pero que se mueve en un mercado tan difícil y globalizado. 

Bueno, llega el final de este artículo y poco he dicho de las características que hacen de la fruta "RobalGran" un producto de tanta calidad. En "Frutas Villa Pepita" están convencidos de que su fruta es especial y buena prueba de ello es la fidelidad de sus clientes, ya sean los de toda la vida como los nuevos. Éstos últimos, fruto de la nueva política comercial, se reparten por Aragón pero también por Madrid, Sevilla, Barcelona y el Norte de España. 


Estos clientes seguramente no conocen Cofita, ni su situación privilegiada a los pies del Pirineo, ni su clima, ni la maduración lenta del fruto, ni la calidad de la tierra de sus campos, ni la pasión de la familia Pueo, ni tampoco la profesionalidad de sus trabajadores. Sin embargo, si compran los productos RobalGran, es porque saben reconocer, en cada pieza de fruta, el reflejo de todo aquéllo: el calibre grueso; el color intenso y el brillo natural de la piel con su prestigiosa chapa rosada, sin necesidad de ceras ni químicos; el equilibrio del azúcar con la acidez; una carne firme con un alto crocante; un aroma y un sabor intensos...........y, lo más importante, una fruta que madura en el árbol, una fruta que tiene todas las pepitas, una fruta que tiene corazón.


http://www.frutasvillapepita.com/

3 comentarios:

  1. Recientemente compré por 10 euros, una caja de 15 melocotones amarillos muy grandes, cada uno con una pegatina redonda, en una caja negra de BIO PEPITA SL, Robalgran Gourmet, que el vendedor me dijo que eran de Calanda... Sin sabor, sin olor... una decepción absoluta.

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  2. Vivo en Zaragoza, ¿Dónde puedo comprar vuestras manzanas? Manuel 64 707 1549

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